sábado, 16 de abril de 2011

Crataegus monogyna

Porte




La primavera, amig@s, en nuestras tierras es muy corta, enseguida nos visita el dios Helio y marchita cuanto hay de bello en élla. Yo, que soy campero infatigable, no tolero bien la insolación y por lo tanto no salgo tanto al campo en verano. Pero, mientras tanto, aún quedan jornadas para descubrir lo mucho que el campo extremeño atesora.

El Majuelo o Espino albar, es de los arbustos que más me gustan. Suele ser arbusto o rara vez arbolillo de hasta 8-10 metros de altura, aunque lo normal es que no pase de los 3 ó 4 metros, de hoja caduca y muy ramificado. Las hojas son simples, alternas, obovadas o espatulada. Echa las flores con largos rabillos, de color blanco o blanco-rosadas, formando ramilletes olorosos.


Flor

Los frutos, llamados majuelas, son globosos u ovoides, de color rojo, del tamaño de un guisante.
Florece de marzo a mayo . Lo podemos encontrar unas veces acompañando a la orla arbustiva de los bosques de galería; otras en sotos y linderos de bosques, sobre suelos frescos.

Se ha empleado para formar setos espinosos y como patrón donde injertar los perales y otros frutales. Las flores recogidas en primavera y desecadas, se utilizan en tisana como sedante y tónico cardiaco.


Fruto

2 comentarios:

joaquín dijo...

Comparto el gusto por el espinoa labar. Creo que es una de las floraciones más espectaculares que podemos encontrar en estos días. Un saludo

Anónimo dijo...

Además y entrando en el terreno de lo sagrado, el espino albar es para muchos, la planta más sagrada del bosque mediterráneo.
Asociado desde siempre a rituales mágicos de bienvenida de la primavera; entre otros por la pureza de su níveo blanco; y de otra de la pureza de los ambientes en donde crece.